Escrito por
Isabel Arrieta
Fecha de publicación
February 7, 2025
En los últimos años, la digitalización de los servicios públicos ha avanzado a un ritmo acelerado, convirtiendo la conectividad de misión crítica en un pilar esencial para garantizar la continuidad operativa y la seguridad de las infraestructuras tecnológicas gubernamentales.
En este escenario, los responsables de tecnología en organismos estatales, municipios y entidades del sector público enfrentan el reto de asegurar la estabilidad y disponibilidad de sus redes en un entorno marcado por una demanda creciente y amenazas cibernéticas cada vez más sofisticadas.
La continuidad de los servicios públicos depende en gran medida de una infraestructura de conectividad robusta y confiable. Cualquier interrupción en las redes puede generar consecuencias críticas, afectando desde la prestación de atención médica hasta la seguridad ciudadana. Por ello, es fundamental comprender la importancia de las redes de alta disponibilidad y adoptar estrategias que garanticen su funcionamiento ininterrumpido.
Las redes de alta disponibilidad se caracterizan por su capacidad de operar de manera continua, minimizando o eliminando el tiempo de inactividad. Esto resulta crucial en sectores donde la estabilidad del servicio no es una opción, sino una necesidad imperativa para la eficiencia y seguridad operativa.
La eficiencia y confiabilidad de los servicios públicos dependen, en gran medida, de la calidad y estabilidad de sus infraestructuras de conectividad. La disponibilidad continua de redes de comunicación es fundamental para garantizar la operatividad de hospitales, servicios de emergencia, plataformas de trámites digitales y sistemas de gestión municipal. Un fallo en la conectividad puede traducirse en retrasos administrativos, interrupción de servicios esenciales e incluso riesgos para la seguridad y bienestar de la ciudadanía.
Según un informe de Red Hat, el objetivo clave de las infraestructuras de alta disponibilidad es alcanzar un 99,999 % de tiempo de actividad, lo que equivale a un máximo de solo cinco minutos de inactividad al año. Este nivel de operatividad es esencial para sectores críticos como salud, seguridad pública y administración gubernamental, donde la continuidad del servicio no solo garantiza la eficiencia operativa, sino que también es un requisito normativo y un factor clave de confianza ciudadana.
Los tiempos de inactividad no solo afectan la productividad interna de las instituciones, sino que también repercuten directamente en la percepción ciudadana sobre la eficiencia del Estado. Cuando los sistemas digitales presentan fallas recurrentes, se genera una sensación de ineficiencia y desconfianza en los servicios gubernamentales. Por el contrario, una infraestructura robusta y resiliente refuerza la imagen de modernidad y eficiencia del sector público.
En tiempos de crisis, como desastres naturales o emergencias sanitarias, la disponibilidad de redes cobra una relevancia aún mayor. La capacidad de respuesta de los organismos gubernamentales depende de sistemas que puedan soportar picos de demanda sin comprometer la conectividad, permitiendo la coordinación efectiva de recursos y la difusión de información crítica en tiempo real.
El diseño, implementación y mantenimiento de redes de alta disponibilidad en el sector público presentan múltiples desafíos que impactan la operatividad, seguridad y eficiencia de las instituciones gubernamentales. La resiliencia de estas redes es fundamental para garantizar la continuidad operativa de los servicios digitales y la protección de la información sensible frente a ciberamenazas en constante evolución.
Uno de los principales retos es la heterogeneidad de las infraestructuras tecnológicas en los distintos organismos gubernamentales. Muchas entidades operan con sistemas legados que dificultan la interoperabilidad con soluciones más modernas, generando problemas en la actualización, integración y mantenimiento de las redes. La falta de estándares unificados entre instituciones complica la consolidación de una infraestructura de comunicaciones robusta y escalable.
Por otro lado, la creciente sofisticación de los ataques cibernéticos dirigidos a entidades gubernamentales ha convertido la ciberseguridad en una prioridad estratégica. Según estadísticas del Equipo de Respuesta ante Incidentes de Seguridad Informática (CSIRT), hasta septiembre de 2023 se reportaron 1.990 incidentes de seguridad informática en estas entidades, evidenciando la vulnerabilidad de infraestructuras críticas ante amenazas como ransomware, denegación de servicio (DDoS) y espionaje digital.
Pero además, el crecimiento exponencial en el uso de Internet de las Cosas (IoT), inteligencia artificial y analítica de datos en la gestión de ciudades inteligentes ha incrementado significativamente la demanda de ancho de banda en las redes gubernamentales. La capacidad de estas infraestructuras para soportar grandes volúmenes de datos en tiempo real sin comprometer la velocidad, estabilidad y latencia del servicio es un desafío clave.
Para enfrentar estos desafíos, los organismos públicos deben adoptar estrategias que aseguren la continuidad operativa y la seguridad de sus redes. La redundancia en la infraestructura de conectividad es un factor clave, permitiendo el respaldo automático en caso de fallos en los enlaces principales. Tecnologías como SD-WAN han demostrado ser efectivas en la gestión dinámica del tráfico de red, optimizando la distribución de recursos y mejorando la confiabilidad del servicio.
El monitoreo y la administración proactiva de redes también son elementos esenciales. Implementar soluciones con inteligencia artificial para la detección temprana de anomalías en la conectividad permite prevenir fallos antes de que impacten los servicios críticos. Asimismo, la colaboración con socios tecnológicos especializados facilita la modernización y el mantenimiento de la infraestructura de conectividad sin comprometer la operación diaria de los servicios públicos.
En este escenario complejo, contar con un proveedor de soluciones tecnológicas con experiencia comprobada marca la diferencia en la calidad y confiabilidad del servicio. Tecnoera se ha consolidado como un socio estratégico clave para el sector público, ofreciendo soluciones de conectividad de alta disponibilidad con más de 25 años de liderazgo en el mercado.
La empresa cuenta con un portafolio de servicios diseñado para garantizar la operatividad de redes críticas en instituciones gubernamentales, proporcionando soluciones escalables y adaptadas a las necesidades específicas de cada organismo. Además, su participación en el Convenio Marco permite a los organismos acceder a sus soluciones con procesos de adquisición más ágiles y eficientes, asegurando la continuidad de los servicios esenciales.
Los servicios de Tecnoera incluyen conectividad redundante con alta disponibilidad, monitoreo 24/7 con análisis predictivo, implementación de arquitecturas seguras para proteger la información sensible y soporte técnico especializado para garantizar la continuidad operativa. Estas capacidades permiten a los organismos públicos reducir los riesgos de interrupción en sus servicios y mejorar la eficiencia de su infraestructura digital.