Escrito por
Isabel Arrieta
Fecha de publicación
April 11, 2025
La transformación digital en la industria de la salud se ha convertido en una necesidad estratégica para optimizar su gestión operativa, responder a nuevas demandas de los pacientes, garantizar la continuidad del servicio y cumplir con exigencias regulatorias cada vez más estrictas. En ese sentido, la infraestructura en la nube se posiciona como un habilitador clave para modernizar procesos, asegurar la interoperabilidad entre sistemas y fortalecer la colaboración entre profesionales, pacientes e instituciones sanitarias.
Entre los principales aportes que tiene la infraestructura en la nube es su capacidad de consolidar información clínica en plataformas seguras, escalables y accesibles desde cualquier ubicación autorizada. La centralización de datos en la nube no solo mejora la continuidad del tratamiento al reducir los silos de información, sino que también permite aplicar analítica avanzada para mejorar la toma de decisiones clínicas y administrativas.
De hecho, según estimaciones de Markets and Markets, se prevé que el mercado mundial de computación en la nube alcanzaría los 120 mil millones de dólares para el 2029. Este crecimiento se vería impulsado por una serie de factores, como un aumento en la implementación de historias clínicas electrónicas, recetas digitales, telemedicina, entre otras soluciones TI para la atención médica.
Sin embargo, pese a lo auspicioso de estas cifras, se estima que las preocupaciones por la seguridad de los datos y la compleja normativa que regula los data centers en la nube pueden frenar en cierta medida el crecimiento de este mercado.
Desde la perspectiva operativa, la migración a una infraestructura en la nube permite a las instituciones de salud reducir costos asociados al mantenimiento de hardware local, ganar flexibilidad para escalar servicios en función de la demanda y automatizar tareas críticas como el respaldo de información o la actualización de sistemas.
Esta eficiencia es muy relevante en entornos donde los recursos tecnológicos son limitados y donde las interrupciones pueden comprometer la atención a pacientes. En este sentido, contar con una arquitectura basada en la nube —ya sea pública, privada o híbrida— se convierte en una decisión estratégica para garantizar la continuidad operativa.
Por otro lado, las soluciones en la nube permiten la habilitación de plataformas colaborativas, historias clínicas electrónicas interoperables y herramientas de comunicación seguras que eliminan las barreras geográficas y facilitan el trabajo conjunto entre los profesionales de la salud, lo que no solo mejora la eficiencia operativa, sino que impacta directamente en los resultados clínicos y la experiencia del paciente.
Por ejemplo, el uso de infraestructura cloud ha sido determinante para implementar modelos de atención basados en telemedicina, monitoreo remoto de pacientes y seguimiento postoperatorio a distancia, ya que requieren una infraestructura robusta, segura y adaptable, capaz de soportar grandes volúmenes de datos clínicos, video de alta calidad y acceso simultáneo desde múltiples dispositivos.
Finalmente, la implementación de soluciones en la nube permite una notable reducción de errores, especialmente aquellos provocados por datos desactualizados o incompletos. Esta mejora contribuye a una optimización significativa en la toma de decisiones, brindando información precisa y actualizada a los profesionales de salud. Además, se minimiza la duplicación de pruebas y procedimientos innecesarios, creando un sistema más ágil, preciso y efectivo.
La migración a la nube representa una gran oportunidad para las instituciones médicas, pero también conlleva varios desafíos que deben ser gestionados con cuidado. Al respecto, la planificación cobra especial relevancia, ya que una gestión inadecuada puede resultar en sobrecostos y dificultades para optimizar los recursos disponibles. Siempre se debe recordar que las migraciones requieren objetivos claros y alcanzables para asegurar una transición exitosa.
Por otro lado, la seguridad de la información es un aspecto crítico, considerando que la industria de la salud es un blanco atractivo para los ciberataques. Por lo mismo, resulta vital garantizar el cumplimiento normativo, para evitar sanciones y asegurar la protección de los datos sensibles. Además, los datos en movimiento corren un mayor riesgo de ser interceptados, lo que exige implementar medidas adicionales de seguridad.
Afortunadamente, existen plataformas que han desarrollado soluciones específicas para el sector salud, con cifrado de datos en tránsito y en reposo, segmentación de accesos, monitoreo continuo y cumplimiento de estándares internacionales como HIPAA o ISO 27001. De este modo, la nube puede ofrecer incluso mayores niveles de seguridad que muchas infraestructuras on-premise.
Tras su implementación, es importante preocuparse por la capacitación a los profesionales de la salud, ya que existen brechas de habilidades que deben ser abordadas, considerando que la gestión de operaciones en la nube es totalmente distinto a los entornos tradicionales, por lo que la educación debe ser constante, para mantener al personal actualizado en relación a estas innovaciones.
Por último, otras preocupaciones están ligadas a depender de distintos proveedores de tecnología, lo que puede derivar en la falta de control, creando inquietudes sobre el rendimiento y la estabilidad a largo plazo. En esos casos, es recomendable contar con un partner tecnológico que entregue una solución integral que incluya nube, conectividad de alto rendimiento, servicios de respaldo y asistencia técnica local.
En Tecnoera entendemos que cada institución de salud parte desde un lugar distinto y enfrenta desafíos únicos. Por eso, ofrecemos soluciones en la nube hechas a medida, que integran conectividad de alta disponibilidad, infraestructura escalable y servicios gestionados, con foco en asegurar la continuidad operativa y una buena experiencia tanto para usuarios internos como externos.
Una de las claves de nuestro enfoque es la flexibilidad: ofrecemos arquitecturas híbridas que permiten combinar la potencia de la nube pública con el control de la infraestructura privada o en sitio, según las exigencias de cada institución. Asimismo, integramos servicios de colocation para asegurar la disponibilidad física de equipos críticos, y complementamos cada solución con mecanismos de respaldo remoto, monitoreo proactivo y soporte especializado 24/7.
Considerando que los desafíos de la industria de la salud son cada vez mayores — como la escasez de personal médico, las crisis económicas o los ciberataques—, contar con soluciones tecnológicas que entreguen resiliencia, eficiencia y capacidad de adaptación es fundamental. Una infraestructura en la nube bien implementada puede convertirse en el soporte clave para construir un sistema de salud más inteligente, conectado y centrado en las personas.
En Tecnoera estamos comprometidos con ese futuro. Porque sabemos que detrás de cada dato clínico, cada sistema crítico o cada consulta remota, hay una persona esperando atención. Y porque estamos convencidos de que la tecnología puede ser el mejor aliado para cuidar mejor a quienes más lo necesitan.