Escrito por
Isabel Arrieta
Fecha de publicación
September 16, 2024
Los ataques cibernéticos contra la industria de la salud no han dejado de aumentar en los últimos años, afectando a hospitales, centros médicos, compañías de seguros o farmacéuticas en todo el mundo. Estas vulneraciones no solo traen perjuicios económicos, sino que pueden comprometer gravemente la salud e integridad de las personas.
De hecho, a comienzos del año pasado, casi de manera simultánea, el Clínic de Barcelona, uno de los grandes hospitales de España, y Alliance Healthcare, cuarto distribuidor de medicamentos de ese país, sufrieron vulneraciones de seguridad que le obligaron a paralizar sus actividades.
Pero ese no ha sido el incidente más grave, puesto que en agosto del 2022, un ciberataque masivo causó la interrupción del servicio de decenas de hospitales en Estados Unidos, con una gravedad tal, que hasta provocó el cierre de unidades de servicios de emergencia. Y lo que es peor, el proceso de recuperación tomó semanas.
De acuerdo al reporte de Check Point Research, la división de Inteligencia de Amenazas Check Point® Software Technologies Ltd., en el segundo trimestre de este 2024, el sector sanitario es el segundo más afectado a nivel mundial por los ransomwares, con un 11% de los ataques, con un aumento interanual del 27%, siendo solo superado por el sector manufacturero.
Por otro lado, un estudio realizado por la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA) respecto a los ciberataques que sufrió el sector entre el 2021 y el primer cuatrimestre del 2021, concluyó que casi un 60% de los incidentes se produjeron por la ejecución de un ransomware y un malware.
Actualmente, la actividad médica está digitalizada casi en su totalidad. Los dispositivos que cuentan con Internet de las Cosas (IoT) han creado una auténtica revolución en el sector, lo que sumado a la incorporación del Big Data, el Machine Learning y soluciones de Inteligencia Artificial, están transformando la manera en que se detecta, diagnostica y se tratan las enfermedades y lesiones.
Pero esta modernización tiene un lado B y es que la digitalización del sector ha provocado un aumento de la exposición de activos como información médica de los pacientes e historiales clínicos, de la infraestructura tecnológica y servicios médicos, y de las finanzas y estrategias comerciales de la organización, lo que sumado a una deficiente inversión en seguridad de la información, ha incrementado a niveles preocupantes su vulnerabilidad frente a ataques cibernéticos.
De hecho, los datos médicos son considerados como “petróleo” en la era moderna, y por lo mismo, son sumamente codiciados por los ciberdelincuentes. En el mercado negro, el precio de un historial clínico puede variar de 30 dólares hasta los 1.000 dólares en casos específicos, mientras que el valor de una tarjeta de crédito ronda entre 1 y 6 dólares en promedio.
Entre los métodos favoritos para lograr acceder, robar o manipular información confidencial es el uso de ataques de ransomware, un tipo de malware que impide a los usuarios acceder a su sistema o a sus archivos personales y exige el pago de un rescate para recuperar el acceso.
Los piratas informáticos pueden utilizar la data sustraída para extorsionar a las organizaciones, vender la información sensible al mejor postor o revelar datos sensibles que comprometen la privacidad de los pacientes, afectando su confianza en las instituciones de salud.
Pero los datos no es lo único que genera interés en los delincuentes digitales. Mantener la continuidad operativa es fundamental para clínicas y hospitales, ya que las vidas de las personas dependen de ello.
En ese sentido, un ataque puede paralizar los servicios médicos esenciales, afectando de manera directa la salud. Frente a la amenaza de un ataque que pueda afectar al correcto funcionamiento, es muy probable que se opte por acceder al pago de rescate, que es el objetivo final de quienes incurren en esta clase de delitos.
Finalmente, este problema se agrava porque muchas organizaciones siguen utilizando sistemas antiguos y desactualizados, que no cuentan con medidas de seguridad modernas, convirtiéndose en blancos vulnerables que pueden ser fácilmente aprovechados por los atacantes.
A lo que se suma el uso de numerosos dispositivos de distintos fabricantes que complican aún más los protocolos de seguridad, convirtiendo a estos equipos en brechas potenciales, aumentando la vulnerabilidad de los sistemas.
A medida que la atención médica avanza hacia el entorno digital, los riesgos aumentan significativamente. No se trata solo de herramientas tecnológicas innovadoras, sino de proteger vidas y construir una confianza auténtica. En Tecnoera, entendemos que cuando se habla de ciberseguridad en el sector salud, no es solo un tema técnico, sino de preservar la confianza de los pacientes y asegurar que las operaciones continúen sin interrupciones.
Por eso, nos comprometemos a ofrecer soluciones integrales y personalizadas que fortalezcan los puntos críticos de seguridad de cada empresa, asegurando tanto la protección de sus activos como la continuidad de sus operaciones en un mundo cada vez más digital y conectado.
Nuestro avanzado Sistema de Gestión de la Seguridad de la Información y Continuidad Operacional permite a medianas y grandes empresas enfrentar los crecientes riesgos tecnológicos, combinando prácticas de vanguardia y normas internacionales como ISO 27001, TIA 942 e ISO 22301, para una defensa integral de sus activos tecnológicos.
Además, ofrecemos servicios avanzados de ciberseguridad que protegen desde la frontera de la red hasta los dispositivos conectados, utilizando firewalls de última generación y software especializado para blindar las operaciones contra cualquier amenaza. Nuestro sistema de gestión de ciberseguridad permite un diagnóstico proactivo de vulnerabilidades, asegurando una protección completa, adaptada a las necesidades específicas de cada empresa.